
Cultura para la Paz
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Esta pequeña expresión del Código Solar tan compleja como
profunda no es para todos los seres humanos, sino para los sen-cillos
de corazón, para los que su actividad inteligente, amor o
sentimiento perfeccionado, o comprensión y voluntad, o propósito
inteligente no hagan especulaciones de aquello que no entiendan.
La información objetiva es obtenida y corroborada por los in-dividuos,
en gran parte, en el aula del aprendizaje por medio de
un sexto sentido y del experimento, en el transcurso del tiempo y
después de haber estado a prueba; el experimento se transmuta
en la conciencia y en la prueba del compromiso.
Un sistema cósmico que encierra sistemas menores, a los que
mantiene unidos por el poder de una vida unificada. Un sistema
Solar, parte de ese sistema mayor de manifestación, que también
encierra formas menores objetivas, a las que mantiene similar-mente
unidas por el poder de su propia vida, por lo tanto se habla
de aquel de quien nada puede decirse...
El sonido reverbera entre las variadas ruedas Cósmicas increa-das,
y he aquí, que el Sol y todas las ruedas menores aparecieron.
La luz brilla entre numerosas ruedas, y así las múltiples formas de
Dios, los diversos aspectos de su radiante vestidura, resplande-cieron.
Las vibrantes y palpitantes ruedas giraron. La vida en sus
numerosas etapas y en sus diversos grados comenzó su proceso
de desarrollo, y he aquí que la ley empezó a actuar. El complicado
estado del Códice Solar se fue consolidando, y desde ese momento
surgieron las formas y desaparecieron, pero la vida siguió su curso.
Surgiendo todo el entramado del sistema Cósmico que ahora
conocemos como reinos en el Universo, y así nacieron los Soles,
Estrellas, Planetas y toda clase de energías de inconmensurables
formas, las cuales se unieron, girando juntas con su precisión ma-temática
y geométrica, así la vida continua en plana expansión y
precisión Solar...
8 de febrero de 2005. José Tarrazó Durá
EDITORIAL
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