
en el Espacio desde el ángulo de visión
planetaria y el número incalculable de
líneas de fuerza gravitatoria y ángulo
de incidencia deberán ser estudiadas
como formando parte de un gran con-junto
kármico. Pero ya, de inmedia-to,
podríamos iniciar un concienzudo
análisis de la Ciencia de los Cielos y
de las formas geométricas de los as-tros
en el firmamento con respecto a
nuestro ángulo de visión planetaria,
para que tales formas, incidiendo mis-teriosamente
en nuestra conciencia,
nos ayudaran a situarnos —psicológi-camente
hablando— en el lugar ade-cuado
dentro de la gran complejidad
social de que formamos parte. Una
cosa es evidente, y desde ahí pueden
ser iniciadas nuestras pesquisas e in-vestigaciones
en el campo de lo que
podríamos definir como Geometría
Esotérica, y es que ninguna persona
ve las cosas exactamente como las ve
otra. Cada cual tiene su propia pers-pectiva
o ángulo de visión con respec-to
a cualquier idea, asunto o aconte-cimiento
y el conocido dicho popular
de que “no hay dos hojas iguales en
el mismo árbol”, puede ser aplicado
por entero a las ideas que vamos emi-tiendo...
Así pues, si bien la imagen
del Cielo o de un firmamento estrella-do,
es igual desde el ángulo de vista
de nuestro planeta en particular, las
formas geométricas que adoptan las
estrellas con respecto a las humani-dades
situadas en diferentes puntos o
lugares de nuestro Universo, aparece-rán
en forma muy distinta de acuerdo
con los ángulos definidos de observa-ción
planetaria, individual o personal.
Es precisamente esta infinita variedad
de perspectivas la que produce los
distintos karmas humanos y posible-mente
también la que determinará las
características definidas de todos los
pueblos de la Tierra. Esta idea es sus-ceptible
de infinitas analogías si las re-ferimos
a otros aspectos de la Natura-leza
o a la vida íntima de los hombres.
No es en vano, pues, que dentro de las
familias humanas que en su totalidad
constituyen las vastas comunidades
sociales del mundo, se siga un orden
establecido o natural que tiene como
base una forma geométrica definida,
ya sea en el aspecto psicológico o en
el esotérico. Por ejemplo, en cada fa-milia
hay un punto o lugar geométri-co
reservado para cada uno de sus
miembros, no solo en el sentido de
las habitaciones o lugares íntimos de
descanso, sino muy especialmente en
el lugar común de reunión, el come-dor,
en el que cada cual ocupa su lugar
geométrico siguiendo las directrices
de misteriosas leyes ocultas que rigen
el karma particular de cada uno con
respecto a la comunidad de la familia.
Esta posición geométrica, o este lugar
en la mesa está tan bien delimitado
y tan psicológicamente aceptado, que
si por una u otra razón el miembro
debe cambiarlo incidentalmente, se
encuentra un poco fuera de su órbi-
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