Cultura para la Paz: nuestro programa
Desde el inicio de la asociación, Cultura para la Paz ha sido y es nuestro programa principal. Nos dedicamos a trabajar por la paz en una sociedad que necesita más que nunca creatividad para construir una cultura de paz. La práctica del altruismo es clave para fomentar la empatía y la cooperación entre individuos y grupos. La cultura de la paz no solo implica una ausencia de conflicto, sino que va más allá de ello. Implica la promoción de la igualdad, el respeto y la aceptación de la diversidad. Invita a los individuos y a las sociedades a resolver los conflictos de manera pacífica y dialogando entre las partes. La cultura de la paz también abarca el fomento de la cooperación, el entendimiento mutuo y la solidaridad.
Para conseguir una verdadera cultura de la paz, es necesario trabajar en los valores, actitudes y comportamientos que la sostienen. Esto requiere apostar por la educación, la formación y la concienciación. La cultura de la paz es un camino hacia la convivencia pacífica, la justicia social y la sostenibilidad del planeta, y es responsabilidad de todos nosotros no sólo construirla y preservarla sino también la promoción de valores que fomentan el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
Nuestro compromiso con la Cultura para la Paz nos impulsa a trabajar en la prevención de la violencia y la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Pueden encontrar nuestras actividades editadas en nuestra Memoria de Actividades publicada en la web (https://iicyp.org/memoria-historica/)
Un ejemplo de esta educación en valores fue, en 2007, nuestro Programa de Convivencia y Mediación Educativa, que consistió básicamente en un Proyecto de Formación, Información y Sensibilización Social de Convivencia y Mediación Educativa, acerca de los valores de la Cultura de la Paz, desde la perspectiva de lo cotidiano, de lo más cercano de cuanto nos acontece en nuestras vidas y en relación con la prevención de la violencia en los centros educativos. Otra muestra de contribución hacia la educación social dentro del programa Cultura para la Paz en 2015, fue el Proyecto Malva ConviuConvivencia y Mediación. Un nuevo programa que unía la formación en convivencia, mediación y resolución de conflictos dirigida a los miembros de la comunidad (instituciones, entidades, asociaciones, familias, …, colectivos comunitarios en general) con la puesta en marcha de un servicio de mediación destinado a que los diferentes colectivos que conforman la comunidad tengan un espacio adecuado para la resolución de sus conflictos, con el objetivo de fomentar la cultura de paz en la sociedad.
Sabemos que este es un trabajo constante y en continua evolución, pero estamos firmemente comprometidos con él.
La consolidación de la Paz conlleva el desarrollo de la cultura en torno a los derechos humanos esenciales, denunciando las injusticias y propiciando la convivencia pacífica, potenciando el respeto a los derechos humanos y la educación en valores.
Alcanzar la Paz es una tarea personal. ¿Qué es la educación para la Paz? Alcanzar la paz es una tarea personal que comienza en uno mismo desde lo cotidiano. La educación para la paz es aquella que se enfoca en fomentar valores y actitudes positivas hacia la convivencia armónica entre los individuos y los grupos. Para lograrlo, es necesario observarse uno mismo y dar importancia a las pequeñas cosas que nos indica el corazón, ser amable con el prójimo o tener paciencia en situaciones difíciles. También implica ser tolerante y aprender a escuchar sin juzgar. La educación para la paz no se limita a un espacio educativo específico, sino que se puede practicar en cualquier lugar y en cualquier momento. Se trata de un proceso continuo de cambio personal y social que contribuye a construir una sociedad más justa y pacífica.
Es evidente que el desarrollo de una cultura de Paz no lo enturbia solamente un conflicto armado. La Paz comienza siempre en uno mismo, en su pensamiento, en su estado de atención ante las situaciones y personas de la vida. Ante uno mismo se puede propugnar el valor de conocerse y corregirse, comprobando, experimentando que el bien común se inicia en el bien individual. Todos, somos en cierto modo "comunidad educativa" para proveer y garantizar la Cultura para la Paz que necesitamos, para evitar algunas o muchas veces la búsqueda de soluciones ante situaciones de conflicto cuando pueden ser anticipadas gracias al comportamiento correcto que precede a cualquier acción para la Paz.